Después de ser secuestrado, Paul Conroy (Ryan Reynolds), contratista
civil en Irak, se despierta enterrado vivo en un viejo ataúd de madera
sin más armas que un teléfono móvil y un mechero. El teléfono podría ser
el único medio que lo salvara de esa mortal pesadilla., pero la
precariedad de la cobertura y la escasa batería parecen obstáculos
insuperables en su lucha contra el tiempo: sólo dispone de 90 minutos
para ser rescatado antes de que se le agote el oxígeno. Interesante film
español de suspense, que fue presentado en Sundance 2010 y que levantó
mucha expectación.